de qué va todo esto

Destino de este viaje: Bagdad, capital mundial de la violencia. Objetivo: grabar y escribir para que los demás vean y lean en torno a “la semana iraquí de la noviolencia” y quienes la organizan, la ONG local Al Mesalla. Motivación egoísta: convertirme en periodista. Algunos dicen que ya lo soy, otros no se lo creerán nunca. El instrumento a través del cual he conseguido cumplir mi sueño (o estoy cercano a hacerlo) es viajar a donde casi nadie quiere hacerlo, asumiendo unos riesgos irracionalmente altos y en unas condiciones absolutamente desfavorables desde la lógica y la intendencia que asegurarían al menos, realizar este viaje en las mejores circunstancias posibles.

El blog permite expresarse con la libertad de quien no sabe utilizar la técnica de síntesis que genera noticias de 750 o 1000 palabras. Desde hace meses y salvando los ejemplos de Ángeles Espinosa, Tomás Alcoverro y Gervasio Sánchez, todo lo que se lee de Irak en nuestros medios proviene de notas de agencia. Bien, yo no sé escribirlas. Sé, en cambio, pensar en alto, tratar de traducirlo a textos relativamente coherentes y sobre todo ser sincero conmigo mismo. Dudo que genere interés ya que no estamos acostumbrados a leer esto en la prensa pero persevero y persevero. Supongo que la prensa no es su espacio natural. Otros países generan espacio para este tipo de trabajo. En España el freelance o francotirador de la palabra no es una profesión que tenga prácticamente salida. De hecho, casi nada tiene salida, salvo honrosas excepciones si no se pertenece al grupo, la familia o el círculo de amistades adecuadas. Generamos siempre el beneficio de la duda con absoluta ilusión por contradecir el saber popular de que “el que no tiene padrino no se casa”. Aquí sigo sin padrino. ¿Alguien se ofrece voluntario?. Si a eso se le suma el origen activista, es decir, la relación directa entre lo que se escribe y cierto compromiso con las personas con las que se viaja y finalmente sobre las que escribe, supongo que llegamos a la conclusión más sensata: esto no es periodismo. No hay separación del objeto de estudio, no existe la más mínima pretensión de objetividad, asumiendo que, de existir, no quiero casarme con ella, y sobre todo, es la primera persona que lo guía todo. Escribo lo que veo, lo que siento y lo que quiero transmitir asumiendo la dificultad de que llegue a conectar con las reglas de la profesión. ¿Por qué quiero ser periodista si el periodismo parte de reglas que no conozco y con las que probablemente ni siquiera estoy de acuerdo?. Porque la del periodista sigue siendo hoy la única profesión que permite contar lo que sucede y esperar que el mensaje que se transmite llegue a otras personas. No es política porque no vendo que mi modo de ver lo que veo sea el único ni mucho menos el mejor. Es política porque habla de una realidad política. Pero no se trata de convencer. Sólo de filtrar a través de mis ojos mis letras lo que quizás a otros les sirva y a mí me parece no sólo obligación moral sino extremadamente divertido. No creo que tratar de ser útil sea incompatible con los sueños propios. Siempre hay un punto egoísta y egocéntrico en todo esto. Pero, comenzando por ser útil a quienes me encuentro por el camino e idealmente cerrando el círculo en quienes lo lean sentados en sus casas, espero que sirva para algo.

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